Coaching para mamás multitask
El arte de no perderte en el intento
Madre, profesionista, mujer... y tú, ¿dónde quedaste?
Nos topamos con una reflexión de Ayarí Dubraska (coach ontológica y mamá en modo multitask) que no da recetas mágicas, pero sí herramientas reales. Y nos pegó justo en el momento correcto.
Esto va para quienes están en la rutina, dando todo, cumpliendo roles… pero sintiendo que algo falta. No es burnout, no es caos. Es desconexión. Y desde el coaching hay formas de volver a ti sin tener que renunciar a todo lo demás.
Cinco ideas que queremos compartirte:
1. Aprender es soltar.
Aceptar que no sabemos todo es liberador. Abrirte al cambio te vuelve más ligera, más presente. Es mejor viajar con hoja en blanco que con mochila llena de certezas.
2. El IKIGAI no es una moda.
Preguntarte qué amas, qué haces bien, qué necesita el mundo y por qué te pagarían… suena simple, pero puede resetear toda tu brújula vital.
3. Gratitud con todo y errores.
Agradecer lo invisible, lo cotidiano, lo que nadie ve. Reconocer tus esfuerzos sin filtro. Porque a veces nadie te aplaude, pero tú sabes lo que cuesta.
4. Empatía sin culpa.
Ser mamá no te vuelve invencible. Ser profesional no implica autosabotaje. Ser mujer no es sinónimo de sacrificio eterno. Empatiza contigo. Abrázate.
5. Conversaciones que importan.
Lo que te dices por dentro pesa más que cualquier junta. ¿Te hablas con juicio o con ternura? Esa voz interna puede ser tu faro… o tu tormenta.
Esta señal no busca iluminarlo todo.
Solo ofrecerte un respiro.
Una pausa para volver a mirar el camino.
Para entender que estar bien también es productividad.
Hoy, en lugar de regalarte flores, date espacio.
Camina más lento. Agradece lo que haces.
Y si puedes, baila con el caos, pero a tu ritmo. 💃
📎 Texto original de la ICF Venezuela.
Gracias por las herramientas y la inspiración, Ayarí.
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